"A mi abuela, como a todas las abuelas del mundo, le encantaba contarnos historias. Era capaz de hablar horas y horas sólo mirando una vieja foto, mientras sus manos temblorosas bordaban, tejían o trazaban diminutas líneas de colores sobre un papel cualquiera.
Ella nunca pudo ir a la escuela. Aprendió a leer cuando ya era mayor y leía mucho, siempre, como si quisiera recuperar el tiempo perdido."
Este es un fragmento del cuento "Pinceladas con olor a violeta".
Me parece un hermoso homenaje a todas esas madres, abuelas, mujeres que han llenado nuestras vidas de hermosas experiencias, a pesar de haber tenido tan limitadas las suyas.
Presentación
No hay comentarios:
Publicar un comentario